31 DE DICIEMBRE DE 2019
Todos sabemos que no somos inmortales, aun así, vivimos como si lo fuéramos, esperando a que las cosas pasen y aferrándonos al «deja para mañana lo que no puedas hacer hoy». Se nos olvida que los relojes no se detienen y que el tiempo pasa.
No obstante, a veces la vida nos da un golpe que nos abre los ojos y nos recuerda que solo tenemos el HOY, justo eso me pasó hace 2 años, 2 años del accidente que casi acaba conmigo (historia de lo que me ocurrió desde el punto de vista de mi padre, que además fue el médico que me atendió).
En ese momento la vida me enseñó a no preocuparme por el futuro, porque en solo un instante, en un segundo, ahora, puedes perder todo lo que dabas por sentado, puedes perder la vida. También me enseñó a valorar mucho más el «ahora», los pequeños momentos, la compañía de la familia y amigos, a disfrutar de las risas, a ser más agradecida, a discutir y a juzgar menos, a bailar, a cantar y a reír más.
¿Qué es la vida?
No vamos a estar aquí para siempre y justamente eso es lo que hace que la vida sea tan mágica. Se nos olvida que la vida es un ratito, por eso hay que disfrutar cada día, vivirlo como si fuera nuestro último y exprimir cada segundo.
A veces la vida duele, a veces es intensa, pero a veces también es sorprendente y es maravillosa. Nunca esperes a que llegue el momento perfecto para hacer las cosas porque eso no existe, no existe el momento perfecto.
Dile a tus amigos y familia que los quieres y los echas de menos, viaja si es lo que quieres, cambia algo si no te está haciendo sentir bien, explota tu talento, pon pasión en lo que haces, lucha por tus sueños, no te estanques en el pasado, ni te estreses por el futuro. No somos eternos, pero sí que dejamos un trocito de nosotros en todo lo que hacemos, así que haz todo lo que quieras. Haz lo que te dé la gana.
No esperes a mañana para dar un beso, un abrazo o para decir algo bonito, no hay mejor momento que el ahora. Vive como te dé la gana, pide perdón, déjate llevar, no te arrepientas de nada, sé valiente y sé feliz, porque la vida es corta, solo tenemos una y no sabemos si mañana podremos disfrutarla.
No se le puede pedir al tiempo más tiempo, ni extender el tiempo que duran las cosas.
CARPE DIEM 2/7
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